27 de Abril de 2024

-Pronósticos económicos

Por Julio César Vega Olivares 

Las predicciones para el crecimiento de la economía mexicana en el 2016 varían, pero afortunadamente no la ubican en valores negativos, ya que el BANXICO pronostica un crecimiento del PIB de entre 2.5 y 3.5 por ciento, el FMI, de 2.5 por ciento y la OCDE, del tres por ciento.

Pero primero, esto no es seguro, ya que el crecimiento puede ser menor; y segundo, es muy claro que estos niveles de crecimiento no son suficientes para generar el nivel de empleo que requiere el país.

Por su parte, el petróleo sigue sorprendiéndonos, ayer estuvo a 22.07 dólares por barril, es decir, en promedio anual, en términos reales del 2014, el precio está comparativamente al costo del año de 1998, cuando estaba a 18.47 dólares por barril. El otro precio más bajo que puede compararse en términos reales en dólares del 2014, es el de 1973, desde esa fecha a 1998, no hay otro más bajo que el actual; en ese tiempo, el barril de petróleo costaba 17.53 dólares por barril, pero además, con otros costos de producción, que según el Director de PEMEX, ahora son de 23 dólares, es decir, el precio actual de venta de la mezcla mexicana está por debajo de los costos de producción, por lo que perdemos con cada barril que vendemos más o menos un dólar, y está más caro un litro de refresco embotellado de cola, que un litro de petróleo.

Aunque seguramente el precio del petróleo habrá de rebotar; sin embargo, ese rebote posiblemente no será suficiente este año, ojala que sí.

Lo cierto es que es posible superar esta crisis con un manejo honesto e inteligente de las variables y recursos del país; es mejor dejar de exportar petróleo y convertirlo a gasolina, que venderlo al exterior, ya que no sólo lo estamos regalando, sino sufriendo pérdidas. La apuesta en la economía de que el petróleo subirá pronto, es arriesgada, y va contra nuestros intereses de largo plazo; el precio del petróleo puede volver a  variar, pero lo que debemos hacer es cambiar este  mal diseño estratégico-productivo, donde la solución es endeudarnos y despedir trabajadores. En este año 2016, en Pemex se recortarán 70 mil millones de pesos, esto incluye despedir miles de trabajadores, por lo que aproximadamente 13mil familias resultarán afectadas.

Lo importante es aprender de la crisis y quitarle definitivamente la susceptibilidad a la economía. Ahora cada vez que pasa algo en México, le echamos la culpa a China, al precio del petróleo, al dólar, a la reserva federal, pero la pregunta es: ¿Dónde está nuestra responsabilidad?, ¿por qué no se toman medidas reales y consistentes para reducir el impacto de las crisis global, financiera o petrolera?

Ahora es buen momento para reducir el IVA del 16 al 10 por ciento, y mantener los precios internos controlados, pues el incremento derivado en el gasto de los hogares, por el lado del consumo beneficia a la economía interna, las finanzas públicas no sufrirán gran deterioro, pero para qué aumentar el gasto del Gobierno, cuando es preferible darle poder de compra a los trabajadores, lo cual sí es urgente.

Por otra parte, es muy importante dejar de importar cosas que deberíamos hacer en México, por ejemplo,  petrolíferos como gasolina, diésel, gas natural y petroquímicos, cuya factura de importación en 2014 suma  28 mil 446 millones de dólares, y las importaciones agrícolas que suman nueve mil 134 millones de dólares, pues este desequilibrio comercial es negativo para el país, las importaciones sólo de estos dos rubros que pueden evitarse, suman 37 mil 580  millones de dólares, dinero que debería estar respaldando  al peso mexicano y  generando empleos  en México. 

No podemos continuar bajo la incertidumbre de las variables externas, debemos independizar al país de estas distorsiones, el Banco de México sólo nos explica por qué fallamos, no nos explica cómo le vamos a hacer para que esto no vuelva a ocurrir. El Banco de México no ha hecho suficiente para evitar los choques a la economía, porque sus facultades sólo se limitan a mantener la inflación baja y no interviene en el crecimiento económico, ni en el dimensionamiento del déficit público, ni de la deuda, elementos que provocan inflación y, en la realidad, lo que sucede es que el Banco de México simplemente no tiene autonomía real de gestión.