27 de Abril de 2024

Por Nina Salguero

No soy persona de apuestas, pero si lo hubiese realizado, gano… “Vasaver, vasaver, que Basave no renuncia”, comenté. El hombre no es nada tonto: en su árbol genealógico existen eruditos y talentosos antepasados, su rostro es inocentón, sus rasgos lo hacen ver como un tipo bonachón, complaciente… Tiene todo menos eso “El Renunciador”, como se le ha dado en llamar en los medios nacionales; le “midió el agua a los camotes” y prefirió enfrentarse a las tribus perredistas que aventar la toalla. Parecía totalmente imposible que se fuera, más bien todo parecía, y fue una forma de presionar para que se llevaran a cabo alianzas no sólo en la entidad; renunciar era renunciarse a sí mismo; académico, periodista, político y diplomático, todo un coctel de conocimientos que modificó su decisión, haya sido teatral o visceral “de a devis”. Ser como Hamlet, el personaje de Shakespeare, nos hace interrogar al fantasma que nos dice la verdad; en este caso lo canalizo a la política, interrogando a los fantasmas del pasado para ver los errores cometidos, pero que al fin entidades sin cuerpo o soma, son voces que se apagan, se diluyen y, cuando no existe conciencia ni afán de mejorar la situación de la sociedad, lo único que queda es el gatopardismo. En la política sólo existen los intereses en común, que es lo que afianza y define las alianzas, Por muchos años se contemplaron alianzas de la izquierda con la derecha, sin darse más que esporádicamente, y en algunos estados como Michoacán, las críticas al personaje del primer párrafo de esta columna no se hicieron esperar, y máxime que dos corrientes políticas totalmente opuestas marquen para Basave, en esta alianza, el incuestionable hecho histórico en la diferentes entidades donde se ha llevado o llevará a cabo.

Algunas citas evangélicas mencionan: “Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”, “las ovejas a tu derecha y los cabritos a la izquierda”, “Gestas a la izquierda y Dimas a la derecha; desde entonces lo diestro y lo siniestro se ubican muy bien en el lado izquierdo (los malos) o en el derecho (los bien portados), pero aquí los evangelios políticos definieron como ambidiestra a esta alianza. Existe un platillo de origen cubano, y otro filipino, donde lo dulce y salado se mezclan en tal proporción, que se puede degustar tanto un sabor como otro; el platillo cubano se llama “Loco” y la mezcla de sabores es tal, que quien lo ingiere jamás lo olvida, pues es ácido, dulce, salado y los paladares son los que definen los gustos. Así también en la política.

Los candidatos independientes se están enfrentando a una serie de requisitos que vienen siendo para cada uno de ellos, retos a seguir; no deja de ser novedoso en la política y es el parteaguas de un nuevo enfoque de la democracia, sobre todo para la gente joven, que parecería casi imposible, pero está obligando a pensar a los jóvenes, quienes opinan, quizá con una percepción equívoca, pero lo hacen, y eso es positivo para una sociedad que se acostumbró a que decidieran por ella. 

En el Norte de la entidad veracruzana se mantienen parcelas de poder, cotos políticos del priismo difíciles de desmembrar; todos están a la expectativa. La política partidista define los rumbos de la política económica en cualquier lugar del universo; Silva Ramos ha visualizado la alianza izquierda-derecha como un afán hedonista, el poder por el poder mismo, mientras tanto… 13 gubernaturas, 965 alcaldías y mil 365 cargos de elección popular. Un 2016 muy movido, indudablemente, pero no deja de ser una lectura, y muy clara, para el 2018. Abur.