31 de Octubre de 2024

1 de mayo celebración o protesta

Por Julio cesar Vega Olivares 

Se “celebró” el Día del Trabajo, si es que podemos calificarlo como celebración, pues en casi  todo el mundo fue día de protestas, algunas incluso tuvieron que ser reprimidas por el aparato policiaco.

Aquí en México y aún en los países desarrollados cada año este tipo de protestas resultan como una catarsis  colectiva, en que el sector obrero se manifiesta libremente y parece que esto le proporciona resistencia para aguantar otro año mas, de abusos, de falta de bienestar y  de salarios de hambre.   

Recordemos que en 1923 el presidente Álvaro obregón instauró oficialmente esta celebración y que hoy en México este día se cumple un protocolo anual de salutación, apoyo y compromiso del sector obrero en su alianza con el gobierno, a través de sus lideres Sindicales, por los logros alcanzados, lo cual se manifiesta ante el presidente de la república.

Pues según las increíbles cifras oficiales, todo está muy bien, el desempleo que era de 5% al comenzar el sexenio paso a 3.2%, la tasa de informalidad, se redujo del 60.1% al 56.8%, además nos dicen que el poder del salario se recupera, cuando la inflación esperada anda en cerca del 6 % anual, muy por encima de la meta del Banco de México.  

Aunque lo que se ha replegado ha sido tasa de sindicalización que actualmente es del 9% del total de los trabajadores, aunque esta tasa es cuestionable porque depende de cómo se calcula, pero fíjense que en los países con menor corrupción y mejor nivel de vida en los países desarrollados estas tasas son mucho mas elevadas; Finlandia, Suecia y Dinamarca andan por el 68 %, Canadá 29%, lo que demuestra que la sindicalización no es mala para la economía sino al contrario. 

En México el gobierno ha implementado una política específica del gobierno para reducir la sindicalización mediante el proyecto Eureka desde los años 90.

La declinación del sindicalismo mexicano se aprecia en su pérdida de gestión para evitar la ruptura de contratos colectivos, la informalidad laboral y la privatización, que son elementos  que contribuyen a reducir la densidad sindical, derivado también de que las dirigencias de los sindicatos mas importantes de México y las centrales obreras, no se legitiman con el apoyo de su base trabajadora, sino mediante convenciones de delegados y con la toma de nota del gobierno, quien en realidad es quien palomea a los dirigentes y los mantiene en el puesto décadas  mientras le sirvan, incluso los hace senadores y diputados como premio a su “lealtad”, lo que impide la movilidad sindical  y provoca el amafiamiento del control obrero, que finalmente convierte a sus dirigencias en empresarios prominentes. 

La imagen caduca de las dirigencias es el reflejo de una imagen caduca del movimiento obrero, Fidel Velázquez dirigió la CTM durante 56 años desde 1941 hasta su muerte en 1997, a los 97 años de edad, ahora Carlos Aceves del Olmo, es líder de la CTM y Presidente del congreso del trabajo, uno de los lideres obreros mas jóvenes con tan solo 76 años. 

El periodo 1990-2000 fue crucial para el sector obrero se dan grandes cambios, la caída salarial, la flexibilización del trabajo, y las nuevas tecnologías como robótica y computación, que desemplean a millones, esto como consecuencia del neoliberalismo y la globalización, su implementación necesitaba la reducción del poder obrero  para lidiar con la pérdida de bienestar y salarial de los trabajadores, la venta de las empresas del estado y la privatización, detrás de esto estuvo el encarcelamiento de Joaquín Hernández Galicia;  “La Quina”, por ser vanguardia del movimiento obrero nacional, con lo que se disciplina las fuerzas sindicales ante la  perspectiva de  obediencia o cárcel. 

Una de las funciones claves del gobierno es equilibrar las relaciones, entre capital y trabajo, promover el bienestar y el crecimiento de lasclases medias, pero cuando el gobierno se carga del lado del capital, se puede caer en el capitalismo salvaje, el cual es un extremo no deseable.   

Cada año el día primero de mayo se clarifican dos visiones obreras, la del oficialismo comprometido y la del sindicalismo independiente; de lucha. 

La democracia es una forma de gobierno que parecería darle fuerza al movimiento obrero, porque el sistema debería necesitar el compromiso del voto obrero para mantenerse en el poder, pero parece que no, que es mejor el spot de televisión y la precarización obrera tal que obliga, que reduce, que aliena y que esto sea lo que permite el sostenimiento del sistema.