“Amarres”, magia negra
Por Héctor de Mauleón
La conversación que voy a transcribir más adelante se fue dando en una red social: María “N” había contactado a una bruja que vio en televisión: la bruja Mariela. Se anunciaba como sanadora espiritual y se decía con la capacidad de conseguirlo todo: amor, trabajo, dinero.
Era capaz, incluso, de hacerles daño a otros. María “N” no resistió la tentación. Tenía 19 años, vivía en una ciudad del norte y quería triunfar como modelo y actriz.
La bruja Mariela le dijo que era posible lograrlo. Solo necesitaba dinero (30 mil pesos, “para los materiales”) y hacer un ritual “muy fuerte” que duraría dos días. Si quería llevarlo a cabo, María tendría que viajar a la Ciudad de México. De ahí se irían a una cabaña en Oaxtepec en la que sería realizado el ritual.
Las cosas se fueron dando de este modo: “Maestra, como cuanto aproximadamente cuesta la renta de la cabaña?
De 2 días son 3 mil 500.
Okey maestra.
Necesitaré me mandes ya unas fotos desnuda hija para prepararlas para el ritual que hago yo antes. Aquí por este medio privado, ok?
Ok maestra, de cara y cuerpo, verdad?
De todo hija: rostro senos vagina y pompas. Para irte preparando.
Ok maestra, se las envío en cuanto me las tome.
Ok hija. Mínimo unas 20.
Maestra, con esas está bien? Usted dígame.
Solo faltarían de tu vagina, hija, y listo.
Así está bien maestra?
Son varias hija, abierta.
¿Con esas maestra?
Es que tienes que abrir tu vagina hija.
Ah okey, ya entendí como, disculpe maestra. Qué tipo de ritual se hará con las fotos?
Preparación del ritual previo. Ese yo lo hago acá… Requiero el depósito de la cabaña para realizar el pago, urge.
Maestra, una duda, al hacer el ritual en qué consiste?
Tienes que beber hija”.
María “N” hizo el viaje. La bruja, su hijo, un chofer y un supuesto satanista llamado Josué la trasladaron a Oaxtepec.
Esa noche llegó a la cabaña Susana “N”. También venía de una ciudad del norte. La bruja Mariela le había advertido que estaba en riesgo de sufrir un accidente y la citó en Oaxtepec para hacerle “una sanación”. Susana le había entregado 9 mil pesos y “algunas piezas de oro”.
Cuando llegó a la cabaña, todo estaba oscuro y olía mal. Había una máscara que representaba al diablo. Había unas velas y el hígado de un animal. La bruja le pidió que se desnudara y se metiera a la pequeña alberca que había en la habitación, “para que se limpiara de todo el daño que traía”. Susana entró en la alberca.
Entonces vio que en una habitación contigua había una muchacha desnuda. Estaba tirada en el piso y rodeada de velas. En la denuncia que luego presentó en la Unidad de Investigación de Delitos Diversos, en la procuraduría de Morelos (carpeta FDTP/TP1T200082/201507), Susana afirmó que la muchacha aquella estaba notoriamente drogada y ebria.
Cuando notó que en una segunda habitación estaban otras personas -el chofer de la bruja, el hijo de ésta y alguien que de momento no identificó- comenzó a exaltarse.
Preguntó por qué tenían así a la muchacha y qué querían hacer con ella. La bruja le dijo que dejara de hacerse pendeja, que ya la habían grabado en la alberca.
Susana afirma que con amenazas las retuvieron durante una noche. En la madrugada logró cruzar algunas palabras con María y anotó su número de teléfono.
Las dejaron ir a la mañana siguiente con la amenaza de que la bruja y el satanista las destruirían si contaban lo que había ocurrido: “Tenemos sus fotos, podemos circularlas en Facebook”.
María le escribió a la bruja un mes después: “Todo esto del trabajo fue mentira, me estafaron con mi dinero y para acabarla me pidieron las fotos. Necesito mi dinero de vuelta, no quiero tener problemas legales, eso de pedirme fotos desnuda es delito y un abuso.
Pues lo que diste se gastó en materiales, ok, no fue nada para mí, comida gasolinas, estás mal, yo salí poniendo.
Me va a pagar, si no para proceder legal”.
La bruja la bloqueó. Eso fue hace un año. Hoy sigue “sanando”.