Los traidores del PRI, total impunidad
Por Edgar Hernández
Erick Lagos, “¡Apoyemos al gobierno de Yunes Linares!”
Tras el derrumbe de Javier Duarte y la asunción de un gobierno de oposición encabezado por Miguel Angel Yunes Linares, sucedió lo esperado: fugas, delaciones, vómito negro, alianzas en lo oscurito, traiciones al PRI, y el deslizamiento de una cascada de documentos oficiales altamente comprometedores.
Y como en los naufragios, las ratas fueron las primeras en abandonar el barco.
Así, luego de la victoria electoral en junio del año anterior, la desbandada no se hizo esperar. Todos –al menos los más conspicuos duartistas- buscaron la entrevista con lo “oscurito” con el ganador; en abierto se declararon dispuestos a todo –y todo es todo- con tal de no sufrir la pérdida de sus fortunas mal habidas y la cárcel.
Hubo incluso quienes se le arrodillaron pidiendo perdón.
Otros –como los socios de Duarte, Manzur y Janeiro- pactaron impunidad en encuentros fuera del país y los más desde Veracruz a través de personeros llamando a la clemencia, al perdón y el olvido.
Edgar Spinozo devolviendo naves aéreas y fuertes cantidades de dinero, amén de poner a las órdenes del patrón la plaza electoral, Martínez de la Torre.
Hubo quien, como el ex tesorero y oficial mayor de la SEV, Vicente Benítez, le garantizaron las 17 plazas de Nueva Alianza para estas elecciones –y también para el 2018-, así como el voto legislativo incondicional y, sin comprobar, fuertes sumas de dinero en efectivo.
Benítez es el lobo disfrazado, al fin especialista en maletas.
Lo mismo sucedió con los dueños del norte del estado que encabeza Ricardo García Guzmán con quien se pactó toda la información de la Contraloría y Sefiplan, la plaza electoral de Pánuco y el control del crimen organizado en la región.
Con Gina no se aceptó ningún trato a pesar de haber trascendido una entrega de 20 millones al momento de su detención.
En otras plazas, las que estuvieron por años bajo el control de Erick Lagos y Jorge Carvallo, se jugó de la siguiente manera.
Ambos se dieron a la tarea de complicarle al PRI el entramado electoral, alentando por abajo –patrocinio incluido- a los del PAN/PRD y ayudando sin ayudar a su partido; trabajando en las sombras en la operación electoral, y para el 2018 ratificando su alianza inconfesable con Yunes (Linares) a través del amigo Rogelio Franco.
La ruta o estrategia perversa ha sido alentar a terceros aspirantes a la gubernatura.
Este par de Fidelistas, fieles a la transa y la maña políticas, son los que andan promoviendo que el candidato del PRI a la gubernatura será Juan Manuel Diez Francos, alcalde de Orizaba, porque ya lo autorizó Peña Nieto y se los confirmó el Secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong.
Y como segundo paso de este dúo fue la puesta en marcha desde hace siete meses –casualmente justo al arranque del actual gobierno- de una operación desaliento contra los Yunes Rojos.
Se busca alentar un ambiente de cansancio en las aspiraciones de Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, insistiendo en el ¿por qué nada más ellos? ¿por qué de nuevo un Yunes?
Y la certeza de que con ellos la derrota está garantizada como si en otro sentido la victoria estuviera asegurada con el reaccionario porfirista Diez.
En tercer término ya se percibe desde que concluyó la elección para renovar las alcaldías el mes pasado, un afán por complicar la renovación de la dirigencia priista; de atajarla utilizando a rémoras, perdedores electorales y santones del priismo –y no nos referimos a la Corriente Crítica que es un movimiento congruente- que apuestan por el no cambio o un cambio a modo.
Pero siguiendo con el tema de origen, la lista de traidores es larga.
El “Fisculín” Luis Angel Bravo Contreras designado para detentar el cargo de Fiscal General de Veracruz por nueve años, renuncia antes de la asunción de Yunes Linares cuando apenas cumplía 34 meses.
Estaba señalado para ir a la cárcel y ser investigado por genocidio, cuantiosos desvíos por la compra de ranchos en Córdoba y presuntamente dinero ilícito en destinos fiscales.
Afortunadamente, una rápida gestión de su “protector” Diego Fernández de Cevallos lo liberó de todo mal.
A Gabriel Deantes, jefe de la operación electoral de Duarte y funcionario de primer nivel, le tocaría operar para la recién concluida jornada electoral… y no precisamente en favor del PRI.
De ahí las escandalosas cifras en Veracruz Boca del Río donde se registra una votación histórica de más de 200 mil sufragios. Vaya, en Xalapa donde el máximo histórico ha sido de 80 mil se sucedió, con tal de que no ganara el PRI, una votación de 160 mil en conjunto ¿De dónde?.. ni votando los muertos.
Deantes trae todo un tema de dinero, de videos, de complicidades y con tamaña fortuna le pelan los dientes.
Adolfo Mota se esconde bajo las faldas del pastor priista del Senado de la República, Emilio Gamboa Patrón y otros como los ex secretarios de salud Fernando Benítez y Juan Antonio Nemi, así como Noemi Guzmán, Tarek Abdala, Tomás Ruiz y Leonel Bustos andan con amparos bajo el brazo “por si las flais”.
Para la victoria electoral del PAN/PRD en las alcaldías que rebasó el centenar, no hay duda que la aportación priista en favor de los Yunes azules de parte de los traidores del duartismo fue sustantiva.
Y van por más.
Con tal de que no les llegue el brazo de la justicia están dispuestos a llevarse por delante a la más antigua de su familia.
Y no vale eso de que “¡Pero hay un Dios!” Eso no existe, no cuenta...
Lo que hay es un registro minucioso de cada uno de los traidores del PRI; es un registro que se lleva en dos vertientes: del lado de Javier, quien a través de amanuenses bien pagados observa (el trae más información y documentos que los hundiría); y del lado del PRI nacional se tiene un minucioso prontuario y ya se tienen instrucciones de Los Pinos para que en breve aprieten y equilibren.
La potestad de la ley y su brazo justiciero no solo es potestad de Miguel Angel Yunes, también la PGR tiene lo suyo… desde hace mucho. Todo es cuestión de tiempo.
Tiempo al tiempo.