Actualmente la agricultura representa un sector muy importante para la producción de alimentos en México. De acuerdo a datos de la Secretaria de Agricultura de Desarrollo Rural (SADER) de México, la apicultura es una actividad que debe retomarse y puede ser una alternativa que fortalecerá en el corto plazo el consumo local y la soberanía alimentaria.
En 2023 se registró una producción de 58 mil 33 toneladas de miel, lo que coloca a México como el 7° productor mundial. Los tres estados que lideran la producción son Yucatán (9,451 t), Chiapas (5,892 t) y Jalisco (5,806 t) concentrando más del 40% de la producción nacional.
Sin lugar a duda el rol que juegan las abejas es muy importante, sin embargo dicha producción no sería posible sin la participación de otro actor tan importante; el productor. De acuerdo al Programa Producción para el Bienestar y su Estrategia de Acompañamiento de la SADER se contaba con un total de 27 mil 154 productores y productoras en todo el país y alrededor de 2 millones de colmenas.
Por otro lado, uno de los retos en el corto plazo del centro y sur-sur este, tales como Puebla y Veracruz son el fortalecimiento de la cadena de valor, el consumo local y consumo percapita. A nivel nacional se tiene un consumo por persona aproximado de 200 gramos de miel al año. En contraste, países como la República Central Africana superan los 9 gramos diarios por persona.
Recientemente México aprobó la Ley General para la Alimentación Adecuada y Sostenible, en la cuál uno de los objetivos es fomentar hábitos de consumo saludables, circuitos cortos de comercialización y promover que las compras públicas sean directamente a pequeños productores. En ese sentido la producción de miel mediante el cuidado de las abejas es una gran oportunidad para ubicar a este importante y cultural producto de México.
Por ejemplo, en Veracruz se han implementado diversos programas que buscan promover las cadenas cortas de comercialización. Las cadenas cortas de comercialización son formas de comercio directas entre el productor y consumidor. Entre los programas que han tratado de impulsar las cadenas cortas se encuentran las jornadas de consumo solidario, cuyo objetivo es contar con un espacio físico a nivel municipal o regional en el cual el productor de las escuelas campesinas les permita mostrar y vender su producción de alimentos.
Finalmente, el cuidado de las abejas, además de brindar un beneficio económico, desempeña un rol importante en los ecosistemas naturales y en la seguridad alimentaria (OMS, 2015). Parte de los retos deben enfocarse en que más productores incorporen en sus unidades de producción colmenas con la finalidad de recuperar ecosistemas que se han desplazado por el uso desmedido de agroquímicos.
Entre las oportunidades para elevar el consumo de miel para el caso de Puebla puede ser a través de los comedores escolares del nivel básico mientras que en el caso de Veracruz debe ser a través del fortalecimiento de los canales de comercialización en tiendas de conveniencia, tipo gourmet y la participación en compras públicas.